UN ELOHIM Y MARÍA EL INICIO DEL RETORNO-Fuego que viene quemar todas las Resistencias, todas las dudas, todos los miedos. Eso queridos, esto no es lo que Sois. Esos miedos, esas dudas, esas resistencias. no son lo que Sois.

UN ELOHIM Y MARÍA
EL INICIO DEL RETORNO

Felicitaciones Amados Hijos de EL UNO
Amados Niños de EL UNO.
Desde el Corazón de EL UNO, venimos a expresarnos al Corazón de todos, en Alegría y en Unidad.
¡Alegraos!
¡Oh! Dulce Humanidad.

Os saludamos, viniendo directamente desde Yerushalaïm, de nuestra Nave Yerushalaïm Celeste, como tambien Neb’heru, la Sagrada Paloma, que conforme fue prometido, regresa al seno de esta Humanidad, de esta Tierra Sagrada, para reivindicar el Retorno de aquellos, que hace tiempo, se sacrificaron en la Experiencia de este día, garantizando que la Luz Auténtica del Padre nunca se apagara en el Corazón de la Tierra, en el Corazón de esta Humanidad.

Nuestra presencia ya ha sido captada por vuestros instrumentos y por vuestras tecnologías terrestres, pero también, ¡oh! Amados, nuestra presencia es recibida por vuestros Corazones, y a vuestro lado por lo que fue denominado el Canal Marial.
Detectado por el Anthakarana de aquellos que han concluido vuestra Unificación, a vuestro enlace con el Eterno, y con vuestra Multidimensionalidad.
Pero, también estamos aquí, para aquellos que en breve tendrán acceso a esta Multidimensionalidad, porque todos, todos estarán abiertos, todos estarán consagrados a vivir, con la visión de la carne, las Presencias que aparecerán en vuestros Cielos.

En los Cielos de la Tierra, anunciando el inicio del Retorno, la abertura de los Eventos que culminarán con la Traslación Dimensional de esta Tierra, de esta Humanidad.

Llevando así, según la Vibración de cada uno, cada una, en nuevas moradas, porque, son tantas las moradas en la Casa del Padre como tantas estrellas en vuestros Cielos. Cada una, abierta en Amor y Alegría para recibiros, porque, esa es la Voluntad del Padre.

Para que cada Hijo, cada Hija, retorne a su Eternidad y siga el Camino que su Corazón, en la Libertad más total, elija seguir.

Reciban ahora, en vuestros Corazones Unidos, Unidos en Alegría, Unidos en Amor. Reciban ahora, la Vibración y la Irradiación de esta Paloma, que rodea el Umbral de vuestra Dimensión, que rodea el Umbral de vuestro Planeta, de vuestra Tierra, de esta Tierra Sagrada, al limite de vuestros Sagrados Corazones

- Tomemos un minuto de vuestro tiempo -
- en el Silencio, y en Comunión con el Todo -
(Silencio, Vibración, Comunión)
Del Corazón de EL UNO al Corazón de Todos, reciban la Gracia.
Reciban a la Divina Madre bien-amada.

Reciban a IS-IS

... Silencio...
Mis pequeños queridos.
Mis Hijos Queridos.
¡Qué Alegría!

¡Oh! Cuanta Gracia, al venir a hablaros en este momento tan especial, tan grandioso. En estos Tiempos, Tiempos de Revelaciones!

Como os dijeron los Elohim hace un momento, Alégrense!
Alégrense en vuestros Corazones y transmitan, transpiren esta Alegría en vuestras Vidas, a cada momento de respiración sobre esta Tierra.

Sean la Alegría, sean la Ligereza, caminen sobre esta Tierra confiados, porque los momentos han llegado, los momentos anunciados han llegado.
Como siempre hable a vuestros corazones a través de los mensajes, vivan lo que la Vida os hace vivir. Vivan lo que vosotros mismos tienen a vivir, pero vivan en la levedad, sin juzga-amientos, sin resistencias.

Abriros a la Libertad de Ser sobre esta Tierra, Seres Liberados, Seres Libres, Seres Unificados, porque la Luz se hace Presente sobre la Tierra.
No existe otra Verdad, no existe otra Realidad.
Basta solamente con que abráis los ojos del Corazón, los ojos de vuestro Ser Interior.

Los Ojos que se sitúan ahí, en vuestro pecho, en el Centro del Centro.
Si Amados, les hablo de la Visión del Corazón, de la Visión que se abre a partir del momento en el que os lanzáis, en el que os abandonáis verdaderamente a esta Luz, a este Fuego que llega, a este Fuego Sagrado, Fuego de

Libertad.

Fuego que viene quemar todas las Resistencias, todas las dudas, todos los miedos.
Eso queridos, esto no es lo que Sois.
Esos miedos, esas dudas, esas resistencias. no son lo que Sois.
Esto hace parte del mecanismo engendrado sobre esta Tierra, a fin de que la experiencia pueda realizarse. N

o vamos a entrar al fondo de la cuestión del tiempo y del dolor que cada Corazón ha vivido sobre esta Tierra, pues, oh bien-amados Hijos, os condujo a vuestro crecimiento en Luz, a vuestro Esplendor, al Esplendor de vuestra Luz.
Pues, toda la experiencia solamente tuvo como objetivo, la Eclosión de Luz, la más Total, la más Radiante, elevándoos cada vez más alto, escalando así los niveles Dimensionales que os llevarán a disolveros en vuestra Verdad.

¡Oh! bien-amados Hijos, niños bien-amados.
Niños Amados.

Guarden bien ahí, en vuestros Corazones, que lo que llega es solo Alegría y solamente la “persona”, sí, este “vehículo” que os proporcionó vivir esta Experiencia, solamente para poder tener cualquier percepción de destrucción, y de aniquilación.

Porque ella y solamente ella, desaparecerá, conjuntamente con todo lo que es Efímero.
Y vosotros, oh Amados, Hijos e Hijas, vosotros pasaréis esto como un sueño, como el despertar de un sueño
Abriréis los ojos, que ya no son más los ojos de la carne.
Abriréis los Ojos de vuestra Esencia, los Ojos de vuestra Eternidad que Sois y que nunca dejaron de Ser.

Como dijo el Comendador de los Ancianos (O.M Aïvanhov), al despertar de ese Sueño, vosotros os reiréis de todo eso, en la ligereza y en la Alegría.
Amados, Amadas, Hijos de El Uno. Niños bien-amados y Venerados, os Amo y con todo Mi Amor, os cubro con Mi Manto.
Recibid en el Silencio de mi Presencia en vuestra Presencia, comulguemos en el Amor, en el Fuego del Amor que es nuestra Verdad.

- Silencio, Vibración, Comunión -

Conjuntamente con los Elohim que me acompañan en este momento Sagrado, deposito mi Beso de Madre en cada Corazón, diciéndoles que estamos aquí, en Vosotros, como Vosotros estáis en Nosotros, en el Todo, en el Corazón del Todo.
Los Elohim os saludan.

Os digo a Siempre.
En el Amor, en el Corazón.
María IS-IS

Transmitido por Celia M.