Madre Divina - La Flor de la Paz.-La Paz ya no debe ser buscada, construida. La Paz sólo debe ser asumida, percibida, aceptada, finalmente vivida. La Paz ya no está distante, porque el Espíritu nunca estuvo distante. La Paz ya está el núcleo de sus células, disolviendo el miedo, la culpa, el deseo, disolviendo finalmente los frutos del experimento de olvido. Yo despierto en cada corazón humano como la Conciencia Solar, como la Conciencia Plena, como el Amor ilimitado. Este don de la Paz, se los recuerdo; hijos e hijas, se encuentra ya en su interior, mismo ahí en ese nivel de la expresión más externa, ¿comprenden hijos e hijas? Ahí mismo donde nunca creyeron que había Paz.

Madre Divina - La Flor de la Paz

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Desde el Corazón Cristalino de la Tierra, Yo los saludo, hijos e hijas de la Paz.

Niños bien amados, yo soy la Madre Divina, Chispa en cada Chispa, Océano donde todas las gotas se disuelven en éxtasis y Bienaventuranza.

Vengo en esta oportunidad, acompañada de la vibración del Retiro Intraterreno de Ulumí, para reavivar en sus cuerpos, almas, e incluso memoria, la vibración y el don de este Retiro:

la Bienaventuranza de la Liberación.

Bien amados hijos e hijas de la Paz, mi Presencia en este momento llega y toca a todos mis hijos e hijas, sin distinción alguna, sobre este planeta, aportando ahí un toque de Amor, aportando ahí un soplo vivificante, aportando ahí el don de la Paz.

 Yo soy la Reina de la Paz, vuestra Madre

Mis pequeños, no vean en este título una distinción o una relación en la que pueda haber alguna noción de superioridad o inferioridad. Jamás.

Yo soy vuestra Madre, yo soy el vientre, soy la Morada, soy la Creación. Yo soy la Madre, pero soy la consorte y la hija a la vez, más que eso, yo soy tú.

Acójanme así como ustedes se acogen y mi Presencia se revelará  también como el don de la Paz.  En este período de ajuste vibratorio  del cuerpo planetario, yo les pido, hijos e hijas, prestar atención a este regalo de la Paz.

Esta es una semilla lanzada ya hace mucho, no solo en  sus cuerpos. Hoy en día, todo lo que tienen que hacer es visitar este jardín y embriagarse con su perfume.

La Paz ya no debe ser buscada, construida. La Paz sólo debe ser asumida, percibida, aceptada, finalmente vivida.

La Paz ya no está  distante, porque el Espíritu nunca estuvo distante.

La Paz ya está el núcleo de sus células, disolviendo el miedo, la culpa, el deseo, disolviendo finalmente los frutos del experimento de olvido.

Yo despierto en cada corazón humano como la Conciencia Solar, como la Conciencia Plena, como el Amor ilimitado.

Este don de la Paz, se los recuerdo; hijos e hijas, se encuentra ya en su interior, mismo ahí en ese nivel de la expresión más externa, ¿comprenden hijos e hijas? Ahí mismo donde nunca creyeron que había Paz.

El Reino objetivo de la Tierra viene siendo bañado por un Fuego absorbente, disolvente y por el Agua, regeneradora,  fructificadora.

Al igual que el viejo mundo se desmorona, el nuevo mundo se revela.

Este don de la Paz Les permitirá el alineamiento necesario para que puedan captar las señales de esta nueva realidad, que no es nueva, pero sí es original, también para facilitar y poner en ligereza la propia sacralización de la Materia del cuerpo físico.

Paz, hijos e hijas, vayan en dirección a la Paz, a lo que les trae Paz, a lo que refuerza vuestra Paz, hacia aquello que alimente esa Paz.

Esta es la orientación para estos días: reconozcan el don de la Paz, visiten el jardín interior donde yo misma, en todos los corazones, planté esta flor.

Embriáguense en su perfume y vean la realidad original naciendo en este planeta.

 

Bendiciones y Paz, hijos de mi Vientre, Chispas de mi Rayo Divino. Yo los amo.

Transcripción hecha por colaboradores del Agnisangha.

Revisión final: Agnimitra

Traducción: H. N.