viernes, 6 de junio de 2014

*LAS SEIS VIRTUDES DEL CORAZON.-El corazón energético se compone de seis formas primarias de expresión: Agradecimiento, Compasión, Perdón, Humildad, Entendimiento y Valor.

 


*LAS SEIS VIRTUDES DEL CORAZÓN*
5 de junio de 2014 a la(s) 8:32

Si fueras a trazar las trayectorias evolutivas de los últimos 2000 años de la tecnología, la ciencia, la economía, la medicina y de la mayoría de cualquier otra categoría del esfuerzo humano, observarías líneas indicativas elevándose como cohetes, particularmente en los últimos 100 años.

Solamente en aquellas categorías relacionadas con la emoción humana observarías líneas horizontales y, en algunos casos, degeneración.

Está claro que en una escala intelectual, tecnológica y monetaria nuestro progreso se ha desarrollado dramáticamente, pero la forma cómo manejamos nuestras emociones y, lo que es más importante, cómo las orquestamos para realzar nuestro entendimiento de la vida y de la percepción intuitiva ha cambiado muy poco desde el amanecer de la civilización.

Con todo y eso, cuando lo consideras, nuestra habilidad para vivir desde el corazón y coordinar nuestras emociones es un componente clave para una buena vida —y no sólo para nosotros mismos, sino para nuestro círculo familiar y de amigos, para la comunidad y para todo el planeta.

Eso hace posible ajustarnos más fácilmente a las desafiantes curvaturas que invariablemente constituyen nuestro viaje a través de la vida. Nos permite que funcionemos desde una base de estabilidad comparativa, en vez de las arenas movedizas de los dramas de la vida, que drenan nuestra innata vitalidad espiritual.

Las Seis Virtudes del Corazón:

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El corazón energético se compone de seis formas primarias de expresión: Agradecimiento, Compasión, Perdón, Humildad, Entendimiento y Valor. 

Entrelazados juntos, estos seis comportamientos constituyen la esencia del corazón energético y, cuando es expresada en nuestra vida diaria, posibilita al corazón energético su función como un portal a nuestro ser más íntimo o alma. (Ver el diagrama)


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Independientemente de la importancia que le otorguemos a nuestro intelecto o capacidad mental, es meramente una forma de inteligencia y, aunque tiene un lugar importante dentro de nuestro mundo, sin duda alguna, no es la inteligencia primordial de nuestro Ser.

Nuestra inteligencia primordial es fortalecida a través de nuestra maestría emocional y de nuestra capacidad para conducir nuestra vida desde la plataforma de las seis virtudes del corazón, lo cual a su vez nos une a los reinos iluminados de nuestra intuición, que es nuestra conexión coherente al campo universal de información, denominado por los físicos como el vacío cuántico.

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Hay un refrán dentro de Lyricus: “Lo que uno puede expresar a través de su corazón es oro ante el hierro que expresaría con la mente”.

El oro, en este caso, es la capacidad de expresar las seis virtudes en fila, separadas, o como una amalgama ensamblada frente a las diversas situaciones que la vida presenta.


 Se trata de aprender a modificar tus acciones basándote en estas seis virtudes y observando cómo ellas re-calibran tu sistema de valores, re-vitalizan tu energía y creatividad, y recuperan tu sentido de equilibrio y balance emocional.


Haciendo esto no sólo aplicas tus energías emocionales al propósito de crear y mantener un estado personal coherente, sino que también creas un campo coherente a tu alrededor: un campo que toca y se cruza con otros mediante los principios del embrollo, resonancia, coherencia y no-localismo cuánticos.


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Las energías de nuestro campo emocional son reales y están interconectadas en un vasto ensamblaje de intención e información que es casi-ilimitado en su alcance.


Las emociones más densas como celos, avaricia y cólera entran a este campo cósmico y comunican sus instintos más bajos, creando las condiciones para la lucha e inestabilidad dentro de nuestra realidad manifestada. 


Las energías más finas que componen las seis virtudes del corazón, comunican los instintos divinos del campo cósmico o cuántico que envuelve el multiverso.

De este modo, nos queda una opción para conducir nuestra personalidad y emociones de tal modo que ellas comuniquen las frecuencias divinas que elevan y apoyan toda la vida al campo cuántico en el cual todos vivimos. 


Si ésta es nuestra elección, entonces la maestría de las seis virtudes del corazón es un método eficiente y eficaz para su obtención. 


Se reduce a esto: accedemos a nuestra divinidad a través del corazón y no mediante la cabeza.


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El intelecto de uno puede abarcar grandes cantidades de información y conocimiento. 


Podemos estudiar todas las palabras de nuestros profetas y eruditos, pero si no estamos expresando las seis virtudes del corazón, solamente hemos llenado nuestras cabezas de palabras, conceptos y alardes intelectuales.


Nuestros comportamientos siguen atados a los instintos básicos y, aunque podemos escribir o hablar de profundos conocimientos, nuestras energías emocionales siguen siendo agitadas e inciertas en su expresión en cada momento, y no son guiadas por la voz inteligente de nuestro corazón.


Hay una habilidad artística implícita en la expresión de las seis virtudes del corazón pero, antes de que el arte pueda ser expresado, las virtudes deben anclarse en la autenticidad.



Las virtudes no pueden ser manufacturadas desde construcciones mentales o simplemente moviendo los labios. Esta cualidad de autenticidad es resultado del sentido de conexión de la mente y el corazón a una estructura más profunda dentro de la que cada una de estas virtudes opera.


Para la mayoría de la gente esta conexión toma tiempo en desarrollarse y madurar.


 Empieza, sin embargo, teniendo un entendimiento de que existe un marco de trabajo y después contemplando y sintiendo qué es, cómo trabaja y por qué es importante aplicarla en la vida de uno.

Este entendimiento sirve como base para el arte, el cual se asocia con cómo y cuándo uno maneja las seis virtudes, o un subconjunto de ellas, para las diversas situaciones de la vida. 


Puedes considerar las seis virtudes (agradecimiento, compasión, perdón, humildad, entendimiento y valor) como notas musicales.


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Si tocas estas notas simultáneamente hay un acorde y este acorde es amor divino —la máxima vibración contenida dentro del campo cuántico que un ser humano puede recibir y transmitir. 


Cada una de las seis virtudes puede ser activada con increíble velocidad y virtuosismo cuando la persona que expresa la virtud opera desde una plataforma de alta coherencia y un sentido de neutralidad.

En este estado, uno puede navegar su vida buscando la sabiduría en cada nuevo desafío, la chispa creativa en lo mundano, el sentimiento intuitivo alrededor de cada esquina y los ritmos más profundos en la aparente calamidad de la vida diaria.

La forma en que uno puede lograr y conservar este estado de coherencia descansa en gran parte en su arte, y, en cierto grado, en la vigilancia de la aplicación de las seis virtudes del corazón. 


Existe un proceso de espiral ascendente en esta práctica.

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Las seis virtudes del corazón son dadas a cada uno de nosotros por nuestro Creador para que, a cambio, podamos expresarlas, tan fielmente como podamos, hacia nuestros semejantes. 


Este es el propósito en nuestras relaciones, tan simplemente como puede ser descrito en palabras.

Cuando ponemos nuestra atención sobre estas virtudes estamos empezando a practicar su expresión incluso mientas pensamos en ellas. Cuando imaginamos su totalidad, sus estructuras energéticas, las estamos practicando en un nuevo y más potente nivel. La práctica no es sólo expresión; es contemplación y estudio también.

Quizás te preguntes por qué el Amor no está dentro de estas seis virtudes. Así como la luz solar al pasar a través de un prisma se convierte en un espectro multicolor, así lo hace el Amor, cuando pasa por el Dominio de la Unidad, se convierte en las virtudes del corazón.

El amor es la estructura más profunda del multi-universo. Pasa a través de las dimensiones de la existencia y campos de conciencia hasta que encuentra la huella de la Primera Fuente cristalizada en una forma de vida.

Si la forma de vida es sensible, compuesta tanto de mente como de inteligencia de corazón, el amor se canaliza a sí mismo en las virtudes del corazón y entra en la conciencia de la entidad individual encendiendo su vínculo con la Primera Fuente hasta el momento cuando la entidad, enfundada en un instrumento humano, redespierta al ojo claro del alma.

Las seis virtudes del corazón se combinan unas con otras y forman el lazo de amor que infunde vida sensible en el Dominio de la Unidad, y sus sombras, aunque relativamente más débiles, traen vida a las dimensiones más bajas también.

Cuando las adversidades, demandas, tentaciones o dificultades entran en tu vida, pueden captar tu atención, arrastrándola hacia las doctrinas del orden social, lejos de los sentimientos genuinos de las virtudes del corazón. Esto le sucede a todas las personas en distintos grados.

Practicar el arte de lo genuino te permite recobrar y reanudar tu balance emocional con una adhesión que puede sorprenderte.

Las virtudes del corazón son magnéticamente poderosas porque son las texturas de Amor Divino, la fuerza más potente del multi-universo. Cuando practicas estas virtudes, te sacan del adoctrinamiento del orden social y te colocan en una posición de co-creación y no de co-reacción.

La vasta mayoría de las personas practican el orden social y se someten a la regla de co-reacción. Las emociones se encienden, se evaporan, inundando la mente con miedo, rigiendo el cuerpo y generalmente haciendo la vida más difícil para todos.

Más aún, el sentido de maestría que se logra en un estado de co-creación con la Primera Fuente, se pierde o se disminuye substancialmente. En el estado de co-creación, real o imaginario, el corazón se alboroza y se exhibe en arte en las relaciones, sabiendo intuitivamente cómo navegar sin co-reacción.

He resistido la tentación de definir las seis virtudes del corazón en detalle, pero voy a proveer un punto de partida para su definición para que puedas bordarlas acorde a tu propia experiencia y comprensión.

Apreciación:

A niveles sutiles, esta virtud está focalizada sobre una conciencia específica, que la Primera Fuente rodea a nuestros semejantes como un campo de conciencia y que este campo de conciencia nos unifica.

Si estamos unificados, operamos como una conciencia colectiva a un nivel más profundo y en este lugar, compartimos un propósito común que es ricamente texturizado, supremamente vital y aún, misterioso, dinámico e incierto.

Esta conciencia, o incluso creencia, cambia nuestro foco de los pequeños detalles de nuestra vida personal hacia una visión de nuestro propósito como especie.

En un nivel más práctico, la apreciación se expresa a sí misma en los pequeños gestos de gratitud que soportan la lealtad y unión de las relaciones. Los niveles más profundos de apreciación hace a las expresiones de nivel relativamente superficiales, genuinas porque descienden de frecuencias del alma en vez de motivos del ego o la mente.

Humildad:

El alma expresa las frecuencias de Amor derivadas de la Primera Fuente. Es su propósito más importante, mientras encarnada dentro del instrumento humano, hacer circular esta delicada, sublime frecuencia de amor hacia el instrumento humano. No es de sorprender que encuentre en el corazón a un colaborador más voluntarioso que la mente.

La humildad es la toma de conciencia de que el corazón, mente y alma se entremezclan en la gracia de la Primera Fuente. Que su propia existencia se apoya a través de la dispensación de amor de la Primera Fuente tan certeramente como un árbol es sostenido por la luz solar. En los materiales religiosos, psicológicos y filosóficos de nuestro planeta, hay gran consideración dada a la mente.

Así como piense el hombre, será. A nivel más granular, mucha gente cree que lo que piensa causa sus sentimientos, los que a cambio crean su racha vibratoria y esta racha vibratoria atrae sus experiencias de vida.

Así, aplicando esta lógica, la forma de atraer buenas cosas en nuestra vida es pensar correctamente, a fin de no atraer dificultades o el mal. La humildad entiende que el ser que te representa, tu identidad más completa, no está constituida como una cadena de reacción de la mente.

Más bien, es la presencia del amor encarnado en forma humana y este amor se expresa a sí mismo en las virtudes del corazón, el intelecto puro de la mente contemplativa y los fines co-creativos del corazón, mente y alma.

La humildad es la expresión de esta frecuencia de amor sabiendo que deriva de lo que ya existe en una dimensión más elevada, y en esta dimensión el amor no es una cosa de pesadez sentimental y emocional. Es una fuerza liberadora que actúa acorde al arquetipo de la Primera Fuente: Todo es Uno. Todo es Igual. Todo es Divino. Todo es Inmortal.

Valor:

Mientras que valor se usa generalmente en el contexto de una guerra o un campo de batalla, está, como un elemento de amor, vinculado con el acto de decir la verdad con poder, especialmente se comete una injusticia. Es común en el orden social de hoy, pretender ignorancia sobre las injusticias de nuestro mundo. La auto-absorción en el propio mundo es una amenaza clave que socava la expresión del valor, y el miedo a las consecuencias es la otra.

Los individuos que temen a las consecuencias al señalar una injusticia, no comprenden la fuerza co-creativa de la Primera Fuente. Cuando operas como un co-creador, estás siempre vigilante al incremento o repentino inicio de injusticias como se mide en el orden social.

Si no defiendes tus virtudes, o aquellos muy débiles para defender las propias, te has separado de ellas y has perdido una oportunidad de ser una fuerza co-creativa en el mundo de la forma. Esto no significa necesariamente que debes convertirte en un activista o abocarte a una lista de causas sociales. Esto simplemente requiere que te defiendas de la injusticia.

Los niños en particular necesitan de esta protección. Cuando tenía cerca de siete años, recuerdo vívidamente ir a una tienda con mi padre y mientras caminábamos desde el estacionamiento para entrar, vimos a una madre literalmente golpeando a su hijo en el asiento trasero del auto.

Era un sábado movido y había mucha gente en el estacionamiento, pero fue mi padre el que se acercó a la mujer y le pidió que se detuviera. Su voz era firme en su convicción y la mujer inmediatamente se detuvo. Ese fue un acto de valor porque no había un juicio real asociado a ello, era simplemente una injusticia que requería intervención en el momento.

Compasión por ambos, la madre y el niño, estaba presente en mi padre y supongo que la madre supo eso. Este es un ejemplo de cómo las virtudes del corazón rara vez aparecen aisladas, sino, más bien como un ensamble que las teje para dar fuerza y potencia a una situación dada.

Compasión:

Muchos maestros han hablado elocuentemente acerca de la compasión como una conciencia profunda del sufrimiento de otro, acompañada del deseo de aliviar ese sufrimiento.

En el contexto de la nueva inteligencia que está tomando lugar en nuestro planeta, la compasión es un deseo activo de asistir a otros a alinearse con los nuevos campos de inteligencia que se están manifestando en el mundo tridimensional, conscientes de que sus deseos y habilidad para alinear está distorsionada por su adoctrinamiento social; no refleja fielmente su inteligencia, inclinaciones espirituales o propósito. El planeta sobre el que vivimos es una inteligencia en sí mismo.

Es tanto físico y tiene estructuras energéticas de muy alta frecuencia como nosotros. Está cambiando de la 3ra dimensión a la más elevada 4ta dimensión y ha estado planificando esto antes de que la humanidad haya sido sembrada sobre el planeta.

Es parte de un ciclo evolutivo de sistemas planetarios para transmutar las densidades acumuladas de una dimensión antes de pasar a una red dimensional más alta. La compasión, por consiguiente, se extiende tanto a nuestros semejantes y al planeta en sí mismo con la realización de que somos parte del destino del otro, al menos por un solo tiempo de vida.

Planeta y persona bailan en la corriente ascendente de la Primera Fuente en un colaborativo proceso de regeneración y renovación. Todos somos parte de las oberturas misteriosas y trascendencia energética que está ocurriendo entre la tierra y el universo, y mientras la tierra transforma sus densidades acumuladas, cada uno de nosotros será desafiado a transformar las propias o volverse aún más sumidos en los miedos y confusión emocional.

Somos privilegiados de ser parte de la estructura planetaria ascendente del espíritu nutriente de la tierra e importancia universal.

Ahora hay sobre la tierra una increíble diversidad de seres cósmicos enfundados en instrumentos humanos, pero aclamados desde increíbles sectores del cosmos. Estamos aquí para presenciar y soportar esta trascendencia de la tierra por encima de las densidades y acarreos de la inteligencia tridimensional y sus artefactos.

Estamos aquí para acelerar nuestro crecimiento espiritual en un orden rara vez alcanzado en otro lado del multi-universo. Este es un regalo de la tierra para aquellos presentes en el planeta en este tiempo y, en pequeña medida, el motivo para nuestra compasión.

Entendimiento:

El mundo de la forma, así como los mundos sin forma, está compuesto de estructuras energéticas detrás de su expresión más densa. En un sentido real, todo en el multi-universo es energía con una incalculable vida útil basada en la energía.

La energía es transformacional; esto es, que puede alterar o cambiar a otros estados de ser o, en el caso de los humanos, consciencia. La estructura energética humana frecuentemente se describe como el sistema de chakras o cuerpo electromagnético, pero es más que esos componentes.

La estructura energética es una forma de luz que, a cambio, es una textura de amor divino. Es un hecho el que estemos compuestos de amor en el núcleo de nuestra estructura, y es esta frecuencia de amor la base de nuestra consciencia inmortal o alma.

Todas las densidades más bajas son sombras de esta luz y operan en el tiempo y el espacio, el que provee una funda de densidad y separación de este núcleo de frecuencia de amor. Los mundos de tiempo y espacio alteran o diluyen esta conexión que sentimos con el núcleo de la estructura energética del cual estamos todos compuestos.

Aquí yace la paradoja de ser humano: nuestra estructura más profunda es amor divino y nuestra estructura más externa es un medio para la experiencia de la estructura más interna, pero nos hemos insuflado por el vehículo exterior al grado de identificarnos con él más que con su ocupante, nuestro verdadero ser, interior.

Todos sentimos esta disociación con nuestro verdadero ser y una sobre identificación con nuestro vehículo (instrumento humano); quizás hay una pequeña diferencia en grados entre nosotros. El entendimiento es el aspecto de la inteligencia del corazón que reconoce que esta disociación de la frecuencia de amor es un componente de diseño necesario del diseño mayor que está sucediendo sobre el planeta.

En otras palabras, no es que la humanidad haya caído de la gracia o que esté inclinada hacia el pecado en forma irrevocable.

Más bien, simplemente hemos aceptado la imagen de la realidad dominante y su dominancia no es por accidente sino por diseño de la Primera Fuente. Hay una frase bien conocida dentro de Lyricus que bruscamente traducida dice: “la elegancia del tiempo es que revela las estructuras de espacio que han sellado el amor de sí mismo”.

Las estructuras del espacio, en este caso, se refiere al instrumento humano. Sólo el tiempo puede romper las rígidas barreras o membranas sutiles que impiden o disminuyen a las frecuencias de amor de ejercer su sabiduría en las conductas del individuo.

Si el tiempo es la variable de importancia, es dable razonar que cada uno está en su camino a esta realización, es simplemente una cuestión de tiempo antes de que pueda ser alcanzado. Así, el tiempo es el diferencial que nos separa. En un sentido, estamos todos cambiados en el tiempo el uno del otro.

Nadie opera en exactamente el mismo tiempo relativo a abrir su frecuencia de amor del mundo de la forma. Darse cuenta de esto te ayuda a entender la relación de unidad con realidad, y en este darse cuenta eres capaz de acelerar el tiempo para ti mismo y aquellos a quienes toca tu vida. Es el verdadero propósito y noble definición del viaje por el tiempo.

Perdón:

El perdón opera bajo la premisa de que cada uno de nosotros está haciendo lo mejor que puede bajo las circunstancias de nuestra experiencia de vida y el grado en que nuestra frecuencia de amor satura nuestro instrumento humano. Cuando una persona opera desde las virtudes del corazón y de las ricas texturas de sus auténticas frecuencias, el perdón es un estado natural de aceptación.

Cuando una injusticia percibida entra a nuestra experiencia, sin importar cuán significante o si nos percibimos a nosotros mismos como la causa o el efecto, podemos inicialmente reaccionar con las filosas emociones de enojo o víctima, pero este desorden y distorsión emocional puede ser rápidamente transformado experimentando entendimiento.

El perdón es la expresión visible del entendimiento y compasión sin los pesados sentimientos de dualidad (bueno o malo) que típicamente introduce la presencia del juicio. Es una expresión neutral sin diseño ni propósito otro que aliviarse uno de las garras del tiempo, que es similar a las arenas movedizas energéticas, enrollándote energéticamente a un estado emocional basado en el tiempo.

UN IMPERATIVO ESPIRITUAL Es importante restablecer tu estado emocional en tus actividades del día a día, y el arte de lo genuino es un método excelente para hacerlo. No requiere que practiques la visualización completa.

Operando en tu mundo de los sentimientos con el entendimiento de cómo las virtudes del corazón pueden combinarse o secuenciarse para experiencias de vida específicas, es un cambio fundamental de conducta que te hará muy bien. ¿Por qué es un imperativo espiritual practicar el arte de lo genuino?

Cuando has encontrado tus propias definiciones de las virtudes del corazón y has ensamblado tu comprensión dentro de tus conductas, verás que ésta es la llave que abre la funda que rodea tus frecuencias de amor. No hay otra identidad vibracional dentro tuyo que sea más Tú que este pulso de amor divino que define tu existencia como un ser espiritual.

El objetivo es invitar a esta vibración, este ser, dentro de tu existencia humana, y emergerá cuando haya armonía en tu campo de conciencia (ej. Estado emocional).

Practicar el arte de lo genuino es un método de alcanzar armonía y atraer a tu ser más interno a unirse en tus esfuerzos humanos. También ayuda a alinear al individuo con la próxima fase de la evolución humana, la que está directamente relacionada con el estado emocional y su alineación con el impulso espiritual o frecuencia de amor.

No es que la mente esté ausente en este salto evolutivo, es un instrumento vital del corazón, pero la inteligencia del amor supera a la inteligencia de la mente en el terreno de los asuntos humanos. En el mundo humano, el amor se piensa que es una acción o sentimiento, no una forma de elevada inteligencia.

El amor del que hablo es la inteligencia más elevada del multi-universo, pero también lo menos comprendido en el dominio humano. El alma humana es un conducto de este amor o inteligencia y la Primera Fuente está liberando energías elevadas de su frecuencia de amor para que la humanidad tome el próximo salto evolutivo hacia la 4ta dimensión.

Este salto es facilitado si el individuo practica el arte de lo genuino o algo similar en naturaleza porque las nuevas energías son como viento para las velas si hay coherencia emocional, y este viento te acelerará, en un sentido, viajarás por el tiempo hacia otro Tú.

Quizás ha sido dicho antes, pero quiero remarcar este punto, no practiques el arte de lo genuino sólo por tu propio crecimiento espiritual. Practícalo principalmente por la expansión evolutiva del planeta y de aquellos que son tocados por tu vida.

Eres un ingeniero de esta expansión y movimiento evolutivo cuando operas desde esta perspectiva porque estás focalizado sobre el lugar de control, la palanca funcional de tu propio estado emocional por el bien del planeta y de aquellos sobre él. Es precisamente esta perspectiva la “vela” sobre la que las nuevas energías de la Primera Fuente “soplan”.

Como dije antes, la luz es una textura de amor. Una nueva luz está emergiendo del cosmos y está catalizando la luz para cambiar en otros mundos también, incluyendo nuestro sistema solar, planeta y campos sutiles de existencia dentro de él.

Puedes pensar en esta nueva frecuencia de luz como un catalizador para la tierra, y la humanidad está meramente junto a ella mientras sucede. La tierra sostiene un lugar especial en el universo, no necesariamente por lo que representa hoy, sino por lo que representará en el futuro.

La frecuencia de amor que albergas en tu interior, el trenzado de las seis virtudes del corazón en fórmulas de conducta de amor, pueden ser canalizadas de tal forma que toque a la Tierra. Contempla esto: puedes tocar la tierra con tu campo de conciencia en una forma poderosa tal que, de hecho, facilita el cambio evolutivo, y al hacerlo, el tuyo propio también. Este es el aspecto final del arte de lo genuino que conlleva consideración.

Mientras tu campo de conciencia o cuerpo energético se hace más armónico y coherente, la frecuencia del amor se ubica más vibrantemente en tu instrumento humano.

Esto significa que tienes acceso a tu ser superior en una forma más vívida y tangible. Con este elevado acceso, incluso tienes la habilidad de canalizar esta energía de amor con una precisión selectiva.

Canalizar esta energía de amor hacia la Tierra es un aspecto integral de practicar el arte de lo genuino, pero no es para abordarlo demasiado pronto en esta práctica.

Hay que hacer una limpieza de viejos patrones de energías primero y luego, entonces, una cierta maestría de las nuevas energías antes de que uno pueda canalizar con la precisión requerida y fuerza emocional. Es una fase vital dentro de la práctica y puede vincularse con la capa final de este propósito.

El poder del individuo está contenido en la inteligencia fluida de sus virtudes del corazón. Cómo uno orquesta sus estados emocionales es un reflejo de su propia maestría. Las ecuaciones de las virtudes del corazón son el eslabón de la cadena de conductas que permiten a uno moverse con gracia a través de las miríadas de condiciones y situaciones de la vida.

El individuo que entiende estos significados profundos de sus virtudes del corazón y aplica sus ecuaciones en su vida, enriquece su propósito sobre la tierra y gana acceso a la más alta y potente forma de inteligencia: amor divino. Desde mi mundo para el tuyo

Fuente: Wingmakers, (Creadores de Alas)


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