LA VERDAD AMA Y NO JUZGA.
Sostiene en sus manos una gran espada
y puede discernir implacablemente lo falso de lo verdadero,
pero no guarda ningún rencor.
Si no te estás diciendo la verdad, sufrirás.
Si la verdad no fuese implacable, no aprenderías.
La verdad no te da de comer con cuchara.
Puedes elegir seguir sufriendo o vivir con autenticidad.
Es así de simple.
Cuando te despiertes del todo a la Verdad, verás que has sido amado siempre,
en todas las experiencias y en todas las circunstancias.
Te llevarás una sorpresa al ver que existe un hilo de amor
que atraviesa todos los momentos.
Nunca hubo víctima alguna, ni por un solo instante.
Y aunque pareciera doloroso, era sólo una espada feroz
que te estaba mostrando la Verdad.
Comprender esto nos cuesta mucho, pues acaba con cualquier resto de victimismo.
Adyashanti
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