Como Sillas Musicales
Dios Dijo:
Dios Dijo:
Cuando sienten todos sus cimientos sacudiéndose,
Podría ser que sus cimientos fuesen un árbol que necesita ser sacudido, y ahora tendrán mayor acceso a las frutas.
La vida se está sacudiendo, amigos; ella sacude sus creencias heredadas, sacude su perspectiva del mundo y de su lugar en él.
Lo que ustedes denominan conmoción, arrebatos, perturbaciones, agravios, pudieran ser los primeros indicios de nuevas y grandes aventuras.
Quizás fuese mejor estar pendientes de otras cosas que de lo que ustedes han estado dependiendo.
Puede que sus casas tengan que ser reconstruidas, o que ustedes tengan que trasladarse a algún otro lugar.
¿Y si lo que ocurre no es adversidad, sino más bien un gentil empujoncito?
Puede que sea una mano amiga la que pone boca abajo a sus vidas; puede que esté orientando sus vidas de la manera correcta.
Tal vez la vida sea un batido; un batido no les hace sentirse incómodos.
Ustedes no Lloran por que se deshaga un helado cuando se vuelve líquido.
Quizás ya es hora de que ustedes - no saquen lo mejor de las cosas - sino que disfruten donde quiera que se encuentren, sin importar lo que esté aconteciendo.
¿Quién se siente capacitado para decir que la felicidad tiene que estar en un lugar determinado y no en otro?
¿Quién es nadie para decir que la felicidad tiene que ser acotada?
¿Quién se atreve a exponer que todos los encierros no están bastante bien?
¿Quién se atreve a decir que no es la hora aún de que ustedes continúen con su viaje?
No piensen más en la felicidad de la vida como castigo o recompensa; simplemente piensen en la vida como vida, un panorama que se va extendiendo ante sus ojos.
Ustedes son una ola del Océano, y las olas son felices siendo olas sin importar a dónde les lleve la marea.
Las olas no se resisten a ella; simplemente continúan siendo olas felices. ¿Han visto alguna vez alguna ola que no sea feliz?
No crean que les estoy diciendo que se sitúen bien seguros en la vida; esto es lo que ustedes han estado haciendo. Lo que ocurre es que ustedes se situaron en una cosa pero no en otra.
La casa que construyeron podría estar desvencijada, sin embargo, ustedes estaban habituados a vivir en ella; ustedes le fueron tomando cariño y les gustaba tal y como era.
La palabra clave aquí es, apego.
La vida que estaban viviendo les había esposado; mejor dicho, ustedes se habían esposado a ella.
Incluso en la Tierra, la casa de su Padre tiene muchas mansiones; y ustedes tienen muchas elecciones para hacer.
A veces, ustedes consiguen la primera opción, y otras no.
Cuando habitan en un palacio que está sobre la colina, aún así, puede ser una cosa maravillosa trasladarse a otro lugar.
La vida en la tierra es sobre movimiento, amados.
No hay nada que permanezca igual; por lo menos, no durante largo tiempo.
Queda la eternidad, amados, pero no existe un para siempre; para siempre es una medida de tiempo.
Ustedes habitan en un lugar mientras que vivan allí.
Consideren a la vida como si fuese el juego de las sillas, si les parece bien; no pueden quedarse la misma silla, sin embargo, en esta versión, nadie permanece fuera del juego de la vida; siempre hay suelo en el que sentarse.
Las cosas no tienen que estar dispuestas de la manera en que ustedes lo prefieren.
En lo más profundo de ustedes, podría haber una huerta muy diferente en la que ustedes pueden arrancar frutas.
Ustedes podrían pensar que el cambio les ha sido encasquetado a la fuerza; sin embargo, ustedes no pueden decir con certeza que no planificaron lo inesperado.
No pueden decir con certeza que no esperaban lo imprevisto; no pueden decir con certeza lo que es mejor y lo que no lo es.
Asuman la actitud de que lo que sea que esté pasando ahora, es lo mejor; o, al menos está bien.
Ya esté la luna en el cielo hacia arriba o hacia abajo, la Luna es feliz.
Amados, a la hora de percibir la lluvia o resplandor, ustedes pueden sentirse como la Luna y las Estrellas; ya que, en realidad, ustedes lo son, y todo Mi amor es suyo.
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