ARCÁNGEL MIGUEL.
“El tiempo anunciado y temido llegó”
“La apelación de la Luz ya no es un llamado,
sino una evidencia”
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27 de Noviembre del 2013
Yo soy Miguel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales.
Bien amadas Consciencias, yo vengo, por esta vía, así como por otras vías, al mismo tiempo, debido, mismo, a la Multidimensionalidad, a la Eternidad, a la Humildad y a la Simplicidad. Yo vengo, enseguida de Cristo y María, como término de la nueva Eucaristía, para sellar, en vuestro Corazón, las Bodas del Corazón, aquí, donde no existe ninguna sombra, ningún sufrimiento, ninguna interrogación, porque todo es evidencia, todo es respuesta.
El tiempo anunciado y temido llegó.
Los signos celestes, visibles en sus cielos, apenas reflejan lo que se desarrolla en vuestro templo, lo que se desarrolla en vuestra eternidad.
Vengo a revelar y a cortar, para concluir la obra anunciada, anunciada hace cuatro años, que permite, hoy, para aquellos de vosotros abiertos a vuestra propia Eternidad y que vivís una de las manifestaciones de la Luz en vuestro Templo y en vuestra consciencia, confirmarse, incorporarse a sí mismos.
Vengo como el Fuego, a cortar lo que no pertenece a la Eternidad, y que es ilusorio.
En este tiempo, y en estos tiempos de vuestra linealidad humana que consume la ilusión, el sufrimiento, la separación.
Cabe apenas en vosotros, por el principio de la ley de la Gracia, reencontrar ese estado de Gracia, esa plenitud entre vosotros y la Eternidad.
Cabe apenas en vosotros, permanecer en silencio, silencio de la proyección de la consciencia, silencio de la manifestación ilusoria.
Mi mensaje de hoy y mi vibración son un convite para prepararos, a manteneros en vuestro Templo, y dejar todo para vuestra Eternidad, para Cristo, María y yo mismo. Impulsado por Uriel y por Metatrón, así como por una multitud de Consciencias de Eternidad, cualquiera que sean los vehículos que vayan a asistir al parto de la Tierra en vuestro nuevo espacio, más allá de la época de la tiranía, más allá del tiempo del sufrimiento.
Vosotros sois las Semillas de Estrellas, aquellas que acordaron, decidieron, crecer y aparecer en el mundo de la Luz. En ella, se encuentra la Gracia y, además, les corresponde permanecer en paz y tranquilidad.
Eso apenas puede producirse si hacéis abstracción de toda proyección de consciencia exterior a vosotros. Nosotros estamos en vosotros, definitiva y eternamente.
Así, los signos de los cielos sólo confirman lo que muchos de ustedes han vivido en los últimos años, e incluso desde hace mucho tiempo, el tiempo de la liberación, el tiempo de la Alegría, el tiempo de la Acción de la Gracia. Más vosotros debéis posicionaros en lo que vosotros llamáis libre albedrío que surge de la personalidad y de las leyes de confinamiento, o asentarse, de forma permanente, en la Acción de la Gracia.
Acción de Gracia que, les recuerdo se atribuye tradicionalmente a mañana, en vuestro calendario, al 28 de noviembre de 2013. Por lo tanto, al entrar en la Acción de Gracia, se penetra de pleno el corazón, en el llamado Calendario de Adviento, que verá desaparecer bajo sus ojos y en vuestra consciencia, el conjunto de fundamentos ilusorios de este mundo.
Solo aquellos que permanecen en paz, solo aquellos que permanecen en Acción de Gracia, bajo la protección e incorporación de María, Cristo y yo, pueden llevar a cabo vuestra propia transubstanciación.
Esto se desarrollará para algunos de vosotros, en un par de semanas de vuestro tiempo lineal. La apelación de la Luz ya no es un llamado, sino una evidencia. Entonces, es donde se produce, mantiene y manifiesta el Estado de Gracia de la Eternidad reencontrada.
Así, cuanto más entráis en vuestro Templo interior, más evitareis ser confrontados a lo que puede ser el llamado vuestras propias sombras y vuestros propios miedos. Esto fue enunciado y anunciado y repetido, bajo múltiples formas, por numerosas vías por numerosos canales.
Es aquí y ahora. En paz, centrados en el Corazón del Corazón, donde está vuestra presencia, donde se sitúa el Arca de la Alianza en el Absoluto. La Nueva Alianza, la Nueva Eucaristía, no es nada más que una celebración perpetua de vuestra Divinidad, de vuestro Êtreté, de vuestra esencia y de vuestra naturaleza.
Así, por mi presencia en este momento, conjunto con Cristo, conjunto con María nosotros impulsamos directamente la señal para aparecer en vuestros cielos a fin de iluminar lo que debe serlo, a fin de disolver lo que puede quedar de la ilusión del mental de la ilusión de cualquier evolución.
Vosotros sois perfectos, por toda la Eternidad. Sólo el sentido de ser una persona, sólo el sentido de tener un mental os hace también creer en lo inverso de esta Verdad. Lo que nosotros les pedimos no es creer en lo que sea o en quien sea sino en lo que ustedes realmente son en verdad, es decir el Camino, la Verdad y la Vida, la de Cristo.
Hijos del Sol, hijos de Eternidad, para siempre, religados a vosotros mismos, religados a la Fuente, en la libertad la más auténtica y que es más invulnerable.
El confinamiento vivido desde hace tanto tiempo en los principios ilusorios, llamados libre albedrío, karma y otros desaparecen ahora con la majestad del Amor, a partir del instante en que vosotros cesáis toda proyección al exterior de vosotros mismos.
El tiempo es ahora, de deponer las todas las armas de combate estéril, todo deseo de mejorar lo que sea, dado lo que se desarrolla en sus cielos, y en vuestro Templo o en el conjunto de esta Tierra desde hace algunas semanas. El recogimiento, el acogimiento son los medios los más finos para vivir plenamente, lo que os hemos dicho de diferentes maneras, por diferentes vías, para los tiempos que se instalan, a partir del Día de Acción de Gracias hasta vuestra Navidad.
Es durante ese último camino que os conviene parar toda divagación y todo miedo. Vosotros sólo tendréis la opción, en definitiva, entre el miedo o el amor, de manera cada vez más luminosa y, a veces violentamente, si siguen persistiendo en el miedo, y el sentido de ser una persona adscrita a una historia.
Vuestra historia supera, ampliamente, el ámbito de toda persona, de toda encarnación y de toda evolución.
Vuestra historia jamás comenzó, y jamás tendrá fin, porque ella está inscrita en el silencio de la Eternidad, de la Paz, de la Humildad y de la Verdad. Los signos no están ya para buscar, porque lo que se ha anunciado llega ahora, y ahora esto es irreparable, irrevocable, irreportable. Así lo decidió aquel que es nombrado el Padre, la Fuente, así como Cristo, María y yo mismo, que también estamos encargados del retorno de la Gracia en este mundo, para que éste evolucione, no hacia un mundo mejor, sino hacia un mundo liberado de todo obstáculo a la Luz, de todo miedo, de toda duda o de toda interrogación. Es la respuesta final a vuestro interrogante de lo que se encuentra en vosotros, de toda Eternidad en vuestro Corazón.
Nosotros, vosotros y nosotros solo hemos fortalecido este momento, precipitándolo en las dimensiones superiores de modo que, un día, él se manifestara en este mundo, y este día ha llegado. Él marca la culminación.
Él marca el retorno de Cristo en vuestro cielo. El marca la realización de las profecías, el retorno de la verdad, de la belleza y la gloria, que es la única posibilidad de manifestación de la Fuente, la única posibilidad de ser lo que sois y de que vosotros ya no dependáis de cualquier contingencia cualquiera que sea. El fin del confinamiento, el fin de la privación de la libertad llegó.
Vosotros sois, hoy, autónomos y libres, a partir del instante en que no ven más otra cosa que esto, a partir del instante en que no existe más la posibilidad de proyección y de reflexión de vuestra consciencia limitada en este mundo.
Es la hora del sacrificio, en su expresión más noble, más elevada, y más luminosa que está aquí.
El sacrificio de cada uno toma un perfil que puede parecer más personal, pero para el conjunto de lo que sois, unos y otros, converge hacia un punto preciso, llamado la Última Reversión, o último basculamiento. La irrupción de la Luz Blanca está aquí. No será necesario hacer llamado a algún sentido sutil más bien por la evidencia de vuestros sentidos comunes, por la evidencia de vuestra consciencia, por la evidencia de vuestra vibración, vosotros os daréis cuenta, por si mismos, de la realidad de la Verdad de la Luz, tal como ella es, de toda Eternidad y en todos los mundos.
El tiempo del aislamiento terminó. Cualquiera que sean las veleidades de lucha de algunas personas, de algunos gobiernos, de algunas formas opuestas a la Luz, ellas no podrán manifestar ninguna oposición, ninguna dualidad, ni ningún obstáculo al conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, bajo cualquier forma que sea, bajo cualquier enfoque que sea. Los Ángeles del Señor están posicionados – como algunos de vosotros los ven – ahora, en posición fija, prontos a responder ellos también al llamado de María.
Los cantos del Cielo y de la Tierra, y las explosiones celestes y terrestres que se manifiestan cotidianamente en vuestro mundo, no están aún en su apogeo. Eso se tornará visible para cada uno que esté en el miedo o en el Amor, pero las consecuencias, obviamente, no serán las mismas para aquel que está en el miedo y para aquel que está en el amor. Aquí está la verdadera libertad. Aquí está la verdadera liberación. Nosotros siempre os hemos hablado de la liberación de la Tierra, de ascensión personal, más jamás fue dicho que la liberación sería una ascensión colectiva del conjunto de la humanidad. Nosotros no podemos dirigir a nadie a donde no quiere ir, o lo que sea que diga vuestro mental, cualesquiera que sean las proyecciones de esa persona.
Hoy en día la Transparencia, y la necesaria Humildad deben ser totales, para dejar el lugar en totalidad, a lo que ustedes son, en la Eternidad. Cristo está con vosotros, María está en vosotros, y yo también estoy a vuestra puerta. El último impulso de Luz, ligado a la Luz Blanca, intervendrá durante este período de Acción de Gracia y de Adviento. Eso es ahora. Muchos de vosotros habéis percibido, sea el amor de Cristo, o sea el temor de Cristo, y lo han traducido de una manera muy personal, en la exteriorización de vuestra consciencia en este mundo. Se hará a cada uno de acuerdo a su vibración, a cada uno según su punto de vista y su visión. Aquel que mantiene la dualidad será liberado del mismo modo que aquel que encontrará las esferas de la Eternidad de la creación en el seno del Absoluto, de la Fuente, o de su origen estelar. Nosotros no podemos, en ningún caso ir en contra de vuestra voluntad, ir en contra de lo que vosotros creáis, en este momento mismo, en vuestra vida ilusoria, en vuestro Templo interior.
El miedo o el Amor tomarán, cada día, una evidencia cada vez mayor para cada uno de vosotros, más, también, para el colectivo de la humanidad. El Colectivo de la humanidad liberado en función de su vibración, en función de lo que vosotros creéis o no creéis más y sobre todo en función de vuestra experiencia. La última Gracia y la Acción de la Gracia en obra a partir de mañana en esta Tierra, permitirá a aquellos que renunciarán a la ilusión del miedo encontrar más fácilmente el Amor. Pero esta fecha es una fecha que yo calificaría de último plazo. Ninguna vuelta atrás y ningún cambio de elección podrán ser aplicados, desde que el día de mañana termine. Todo depende de vosotros para llegar a lo más profundo de vosotros mismos, en ese espacio de tiempo concedido para mirar si efectivamente estáis en la Acción de la Gracia o en la dualidad, es decir, el miedo. Esto no es un juicio, ni es de ninguna manera una condena, sino una Ley que respeta la libertad de cada cual según su experiencia, y su creencia de lo que él es. Recuerden que todos, sin excepción, de cualquier dimensión en la que nos expresamos, así como vosotros, de cualquier dimensión de la que vengáis, hoy deben dejar a la Gracia expandirse, y propagarse tal como un Manto de Gracia.
La Onda de la Vida, el Manto Azul de María, o una Presencia a vuestro lado izquierdo de Ángeles Guardianes, de Guías, de Arcángeles, de Cristo, de María, de mí mismo, así como de todas las presencias liberadas de la ilusión de este mundo que superan, obviamente, a lo que pueda restar de las fuerzas astrales, os conducirán más profundamente a la Alegría Eterna.
En este período de Acción de Gracia hasta el final de la Navidad debe manifestarse lo que aún no se ha hecho evidente en vuestra consciencia, como en todas las consciencias.
Esto no requiere de nosotros, como de vuestra parte, ninguna sentencia, porque cualquier condena en la medida con la que juzgáis, seréis juzgados.
Cristo había dicho: «Aquel que jamás pecó que tire la primera piedra».
La experiencia termina.
La experiencia que no es la Vida, pero que es la privación de la Vida, la privación de la Verdad y, sobre todo, la privación de la Autonomía como ser Multidimensional como toda la creación, venga de donde venga y para donde quiera que se dirija.
Así, yo os convido, hoy, a veros, claramente, y a no reflexionar sobre lo que podría parecerles perturbador y contrario a la Luz, porque todo eso continuará, en definitiva, apenas es sólo una ilusión y cada vez más será un obstáculo para vuestra propia liberación, y sobre todo para vuestra propia ascensión. La Tierra es, por tanto, liberada, liberada en totalidad. Cada ser humano vivirá un cara a cara, de todo lo que rechaza o lo que acepta. No existe escapatoria alguna, de ninguna especie, de la Promesa y el Juramento. Eso se les anunció, de manera formal, mas eso se tornará como una evidencia, para cada uno de vosotros, si esto no es ya el caso, lo será en algunas semanas. Yo les propongo, ahora, por intermedio de aquel en el cual yo estoy, permanecer en Silencio en la Nueva Eucaristía, remitiéndoos, para eso, a lo que yo había anunciado el 29 de septiembre del año 2009, confirmado, después, por vuestras vivencias y por la alegría de vuestro corazón reencontrado.
Yo os convido, por tanto, aquí y ahora, en vuestra Presencia y en todas las Presencias, a acoger en vosotros, todo lo que es la ilusión, para que la Luz, el caldero y el fuego de vuestro corazón, lo purifique y lo pacifique. La Acción de Gracia es una reconciliación abierta a cada uno e incluso para aquel que, hasta mañana estuviera opuesto lo más ferozmente a la Luz.
No juzguéis, contentaos con Ser. Contentaos con la Luz, porque ella es todo y esa Luz es Amor. Ninguna palabra que no fuese Amor podrá más, de ahora en adelante, salir de vosotros, porque ella os será remetida en vuestro propio cara a cara. Así, por la Gracia que me es conferida y por la Gracia que les es ofrecida, yo instalo y yo sello en vosotros, el Beso de la Eternidad, el de la libertad. Muchos de vosotros, cada vez más numerosos, son llamados a reencontrarnos, de manera cada vez más evidente, antes de que este Reencuentro se torne efectivo, para el colectivo de la humanidad, en su totalidad.
Recordaos que todo, absolutamente todo depende de vosotros. ¿Donde queréis estar? ¿En el Corazón o en la Personalidad? ¿En la ilusión o en la verdad? El corazón siendo la verdad que no sufre ninguna ilusión, ninguna sombra, ninguna manifestación de la sombra, cualquiera que sea. Por tanto vosotros no tenéis que jugar el juego de dualidad. El tiempo para ver lo que no pertenecía a la luz deja de existir, porque éste desaparece y desaparecerá, cada vez más rápidamente, en cada día de ese calendario de Adviento. Así, vosotros en la Gracia en acción, vosotros sois la Gracia en verdad, vosotros os encontráis en el momento del cara a cara. Y si vosotros sois Transparentes, nada puede golpear, nada puede chocar y nada puede desviar la alegría y el testimonio de la Paz y la Eternidad. El amor es la expresión de cada respiración. Y la Luz es el Fuego purificador, aquel que quema el último velo.
La aproximación de Cristo les fue descrita por innumerables vías, en especial por las Estrellas. Yo os convido a sumergiros, no como un texto que se lee, sino como una verdad que se vive, a partir del instante en que no exista más, en vosotros, la más mínima vacilación a vuestra Eternidad. Así, como por la presencia de Cristo, por la presencia de María, por mi presencia y vuestra presencia, la Gracia está aquí.
Yo soy Miguel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales. Otras cosas serán aportadas para aquellos que continúan la transmisión, en este mismo momento. Como vosotros constataréis por vosotros mismos, yo os digo por este canal, como por todos los canales, así como por vuestra vía interior, solo confirmarán la sincronicidad y la evidencia de lo que está ahí.
En nombre de la Gracia, en nombre de Cristo, yo les digo, entonces hasta mañana. Transmitido por: El Colectivo del Uno.
Publicado oficialmente por Les Transformations